lunes, julio 23, 2012

Jens Stoltenberg: a un año de los atentados de Oslo y Utøya



Muchas gracias a Wikipedia y a Dbenbenn, por la bandera de Noruega. 

Discurso del primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, en marco del Concierto de la Memoria, en la Plaza del Ayuntamiento, en Oslo, el 22 de julio de 2012. Traducción libre mía de Speech at Remembrance Concert

Su Alteza Real, queridos amigos, Es tan bueno verlos a todos ustedes.

Un año después, volvemos a llenar las calles, demostrando nuestra fe en los demás y en nuestra sociedad abierta.

Tuvimos que elegir y elegimos. Podríamos habernos retirado a nuestras casas llenos de miedo. Y atrincherarnos detrás de un muro de desconfianza.

En vez de ellos, cada uno nos abrimos a los demás y construimos puentes de confianza.

Esa fue nuestra respuesta espontánea a la violencia el pasado verano. Hemos tomado la decisión correcta.

No hay mejor protección contra el terrorismo que la apertura, la democracia y la humanidad. Ellos no nos hacen invulnerables. Necesitamos una fuerza de policía y sistemas de vigilancia. Necesitamos el equipamiento, la determinación y la voluntad de detener a aquellos que recurren a la violencia.

Pero es la forma en que los noruegos han respondido a las atrocidades cometidas durante el último año lo que más importa:

Hay una mayor confianza entre nosotros, y una mayor fe en la democracia.

Miles se han unido a las asociaciones y en partidos políticos. Y más personas han respondido a la incitación al odio, con argumentos en contra. Cientos de miles de personas se han dado cuenta del poder de reunir, de reafirmar nuestros valores.

De esta manera hemos creado más democracia y más transparencia.

Hoy es el momento para agradecer a todos aquellos que han ayudado durante este año difícil.

Su Majestad el Rey, que lloró junto a su pueblo. A toda la Familia Real, que estuvieron verdaderamente con nosotros, cuando más los necesitábamos.

Es el momento de agradecer a los voluntarios. A los trabajadores de rescate y de los servicios de emergencia.

A todos los jóvenes que han tomado el cuidado de unos a otros. A los empleados de los ministerios.

A todos los que se han ocupado de esta prueba con dignidad y con calma.

Y hay muchísimos más: los maestros, el personal de salud, los sacerdotes, los imanes...

Todos los que han apoyado a un vecino, a un colega, a un amigo o a un pariente.

Cuando consideramos la suma de nuestro esfuerzo colectivo, podemos mirar hacia el futuro con esperanza y con fe.

Espero que aquellos que siguen luchando por encontrar la fe en el poder de la comunidad, la tolerancia y la decencia.

Hemos honrado la memoria de las 77 personas que perdieron la vida durante todo el día en todo el país.

Agradezco la foto a Wikimedia y a Kjetil Ree

Este ha sido un día de tristeza, pero también un buen día. Bien porque se han comprometido a mantener sus sueños vivos. Y para contar las historias felices.

El 22 de julio será el día en todos los años por venir, un día para honrar la memoria de los fallecidos. Y un día para reflexionar sobre la fragilidad de la vida.

Los terribles acontecimientos del verano pasado nos llevan a reflexionar sobre la fugacidad de la vida.

De repente, esta puede terminar. Ninguno de nosotros sabe cuándo. Ninguno de nosotros sabe quién será el próximo.

Debemos mostrar amor y compasión mientras gozamos del don de la vida.

Disfrutar de la belleza de una rosa. De los sutiles matices de la música. De la calidez de los amigos.

Vamos a honrar a los muertos con la celebración de la vida.

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